Esta monja es follada para eximir sus pecados
Esta monja es nueva en la parroquia y ya fue pillada varias veces tocándose en sus aposentos por el párroco. La masturbación es un pecado divino y por lo tanto el párroco toma la decisión de expulsarla. Haber incumplido uno de los mandamientos más importantes, el de no tener pensamientos impuros, no puede quedar impune. La pobre chica pide disculpas y el bueno del párroco toma una decisión, dejarla quedarse. La única condición es que le deje follarsela. Debe ser follada para eximir sus pecados ,follada tan duramente que no los vuelva a cometer. Si hubiese complacido al tío en nombre del señor no hubiese sido expulsada, pero tocarse sola sin dejarle disfrutar de ese tremendo cuerpo que tiene, ¡ese es el peor pecado capital que jamás pudo haber cometido! Debe ser castigada con dureza.
El párroco se la folla en nombre de Dios
El muy cachondo del párroco no medita dos veces en follarsela en nombre de Dios y del Espíritu Santo. La mete la mano en las bragas y empieza a masturbarla sin parar, quitándole la ropa poco a poco. Esta nueva monjita es de lo mejor que ha pasado por la parroquia en mucho tiempo, menudo cuerpo de puta tiene, lo va a pasar muy bien con ella sirviendo a nuestro señor. Se la folla brutalmente, en todas las posturas posibles, hacia mucho tiempo que no estaba con una mujer como aquella. La usa a su antojo, ella esta a su más completa disposición y es una chica obediente. Finalmente, saca su polla del coño de la monjita y se empieza a pajear mientras ella le come los huevos. Así sin parar hasta que se corre en su cara, agua bendita para santificar ese cuerpo que se acaba de follar.