Este tío es tan huevon como para irse a vivir con su nueva novia a una nueva casa. Mientras están mirando pisos a la tía le viene un calentón, justamente en una de las partes con más morbo de cualquier hogar, si, hablamos de la cocina. La tía se deja acariciar totalmente, no puede resistirse al morbo que le da su futura casa y acaba de rodillas chupando y sacando brillo a la polla del susodicho.
Ahí no queda la cosa, su chico la conoce bien y sabe lo que realmente le daría morbo, así que no tarda en ponerla contra la encimera y empieza a follarla como se merece, celebrando casi la compra de la casa. No para de estremecerse con cada embestida que le da la polla de su chico, disfrutando como una cerda, agarrando a su novio mientras este no para de reventarle el pequeño chocho de su joven novia.
A la chica le da especialmente morbo hacerlo contra la encimera, pero todo tiene un final así que no duda en cambiar de postura y ponerse encima de su chico, mientras él se sienta en una silla para disfrutar viendo cabalgar a su zorra.
Está tan cachondo que está deseando soltar toda su lefa en la cara de su putita, así que le pide que se ponga de rodillas y esta obedece con total normalidad, como la pequeña zorra que es. Una vez en el suelo, de rodillas solo espera a que su hombre le dé el semen que tanto añora… ¡Desde anoche no lo recibe!. El tío está tan cachondo que no puede ni apuntar bien y acaba lefandole la cara y su brazo.
Al chico no le hacía nada de gracia eso de ver pisos y casas, pero con esta experiencia está encantando y solo piensa en volver a ver más pisos para repetirlo.