Esta tía va a visitar a su marido, que es un obrero muy dedicado a su trabajo. El muy cachondo de él se ha pasado el día gritando a las tías buenas que pasaban por la acera. Ya sabes, lo típico que hacen los trabajadores de la obra. Y ahora tiene la oportunidad de follarse a la buena de su novia con su enorme polla. Y lo hará, se desahogará con una buena follada anal de su dura jornada laboral. Una buena follada nunca sienta mal y anima a seguir trabajando con las pilas de nuevo cargadas. Como el conejito de Duracell, vamos.